La nieve pilla a muchos conductores desprevenidos y sin el equipamiento adecuado, sobre todo en zonas en las que no es habitual tener este tipo de precipitaciones.
La DGT distingue cuatro escenarios a la hora de circular con nieve: nivel verde, amarillo, rojo y negro. En el nivel verde y en el amarillo no es necesario llevar cadenas todavía. El verde corresponde al momento en el que empieza a nevar, y el amarillo a la situación en el que la carretera solo está parcialmente cubierta. En estos escenarios todavía se puede circular sin cadenas, pero hay una serie de consejos muy útiles para circular en estas condiciones.
Consejo para conducir en nieve: evita las maniobras bruscas y los acelerones
Cuando caen los primeros copos de nieve todavía se puede circular sin cadenas, pero la seguridad se reduce y, por tanto, hay que adecuar la conducción a esta situación peligrosa. Si te pilla una nevada fuera de casa y tienes que volver conduciendo, el trayecto se puede volver complicado y peligroso. Interiorizar estos consejos te será muy útil llegado el momento.
Si está nevando o si la carretera está cubierta de nieve es muy importante que realices una conducción suave y evites al máximo dar volantazos. La mayoría de neumáticos no tienen buen agarre sobre la nieve y puedes derrapar con mucha facilidad. Si, pese a seguir este consejo, pierdes el control de tu coche, te enseñamos cómo actuar a continuación.
Cómo actuar cuando el coche derrapa sobre nieve
Si tu coche derrapa lo más importante es mantener la calma y no dar un frenazo brusco. Levanta el pie del acelerador y confía en el control de estabilidad de tu vehículo. Si tu coche no dispone de este elemento de seguridad tendrás que realizar suaves movimientos de volante para intentar recuperar la trayectoria y mantener el coche en el carril. Pero asegúrate de no dar frenazos, ni hacer movimientos bruscos, porque puedes empeorar la situación y descontrolar aún más el vehículo.
Si te ves envuelto en una situación en la que has perdido el control del vehículo, la mejor opción es tratar de recuperarlo con el volante, sin usar el freno ni el acelerador. Frenar sobre la nieve es más peligroso que en otras circunstancias. Siempre que haya nevado tendrás que evitar dar frenazos bruscos. La forma más segura de frenar es pisar el pedal con suavidad y de forma progresiva.
¿Qué hacer si te quedas atascado en la nieve?
Cuando está nevando lo más recomendable es circular con marchas largas para conducir en un régimen de revoluciones bajo. De este modo, evitarás que el coche tenga pérdidas de tracción por exceso de fuerza. En el caso de los coches diésel, podrás circular a bajas velocidad sin apretar el acelerador. De hecho, te darás cuenta de que empezará a moverse mejor que cuando aprietas el pedal del acelerador.
Si te quedas atascado en la nieve intenta emprender la marcha de la manera más suave posible. Intenta salir sin pisar el acelerador, manteniendo en todo momento la dirección recta.
Equipa bien tu coche por si te quedas retenido durante una nevada
Si vas a conducir por una zona donde es probable que nieve, tendrás que equipar bien tu coche antes de salir de casa. Llevar las cadenas de nieve a mano será imprescindible para poder circular por carreteras nevadas en nivel rojo. Lo mejor es llevarlas siempre en el maletero cuando llega el invierno, no quitan mucho espacio y si llega el momento de necesitarlas te alegrarás de haberlas guardado a tiempo.
Otra forma de ser previsor en esta época del año es llevar siempre el tanque lleno. Si estás de viaje y te quedas atascado por la nieve agradecerás poder poner la calefacción. El nivel negro, es aquel en el que se prohíbe completamente la circulación, aunque se lleven cadenas. Por eso también es recomendable llevar siempre agua en el coche y un pequeño kit de supervivencia con algo de comida, una manta, una linterna… ¡Más vale prevenir que curar!
Por último, ¡pásate a los neumáticos de invierno!
Si vas a circular a menudo por lugares donde la nieve está siempre presente, te puede compensar hacerte con unos buenos neumáticos de invierno. Esta es la opción más práctica para las condiciones climáticas más complicadas. Te evitarás tener que poner cadenas para circular con nieve y darán un buen rendimiento cuando la temperatura esté por debajo de los siete grados.
Con temperaturas muy bajas te asegurarán más adherencia, más firme y con una eficacia de frenado mayor. Eso sí, estos neumáticos están pensados solo para esta época del año, cuando las temperaturas suben tendrás que cambiarlos o probablemente empezarán a degradarse a ritmo vertiginoso.